Nadie hubiese pensado hace un par de años atrás que de ver unos cuantos
indigentes que recorrían las calles de las principales ciudades del país, ahora
éstos han desaparecido para darle paso a los jóvenes y personas de todas las
edades hurgando en los basureros de nuestros barrios, urbanizaciones y
avenidas.
Sin ir muy lejos cuesta entender para propios y ajenos cómo muchas familias
humildes venezolanas pasaron de comer más que bien las tres comidas diarias a
no tener que comer y como única opción para no morir de hambre, salir a la
calle, ya no a vender cualquier cosa como buhoneros perdiendo la vergüenza y
sumergiéndose en el contenedor más cercano de una barriada o de un comercio a
registrar entre los desperdicios buscando algo que todavía se conserve para
llevárselo a la boca y mitigar así el hambre.
He observado con tristeza en el basurero de mi casa como chamos que no
pasan de los 20 años, a toda hora como si de un empleo de medio tiempo se
tratase metiéndose de cabeza en los pocos contenedores que sirven sacando
cuanto cachivache viejo e inservible en la mayoría de los casos, además de
alimentos descompuestos, ropa, calzado, etc. para usarlos o venderlos.
Es sin duda indignante que las autoridades roben y malgasten el dinero
público en sus festines electorales y partidista mientras hay millones de
venezolanos padeciendo de enfermedades extinguidas y sin poder alimentarse
adecuadamente.
¿Hasta cuándo la población venezolana va seguir soportando tantas
humillaciones por parte de un gobierno indolente? La actual administración
gubernamental está conformada por un grupito de mafiosos que lo único que los
mueve es saquear al país y perpetuarse en el poder, así sea matando de hambre y
convirtiendo a los venezolanos más débiles en los zamuros de los basureros, que
hoy para cualquiera ya no es novedad porque tristemente ya parece que nos hemos
acostumbrado a verlos lanzarse en la basura como algo normal.
Los venezolanos no tenemos por qué acostumbrarnos a seguir viviendo o mejor
dicho a continuar sobreviviendo como ahora. Este estado de cosas podemos
revertirlo si empezamos a denunciar y actuar consecuentemente desde nuestros
ámbitos de acción, entiéndase, trabajos, hogar, instituciones educativas, etc.
No podemos seguir esperando que la banda que hoy gobierna brinde
soluciones, ya que ellos son los generadores de este caos, que han convertido
al venezolano en un ser a maniatado, sumiso y dependiente de las migajas que le
lanza como para aparentar que gobiernan. De lateros y zamuros del basurero
debemos pasar a un ciudadano de trabajo que con su esfuerzo alcance los medios
para superarse y contribuir con el crecimiento de su familia y el país.