La problemática del maltrato a los animales es
recurrente en muchos lugares del mundo a pesar de la existencia de normas y
leyes que castigan dicho comportamiento. Venezuela al igual que otras latitudes
no está ajena a ese fenómeno.
En el país existe una ley que regula la materia,
llamada Ley
para la Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio; la cual fue
aprobada y publicada el 4 de enero de 2010. Sin embargo, aún con la normativa
muchos de nuestros animalitos siguen siendo maltratados y abandonados por
personas inescrupulosas que gozan viendo sufrir a estos seres tan indefensos,
que en multiplicidad de ocasiones sirven de soporte al ser humano, sobre todo,
cuando éste se encuentra enfermo y en otras situaciones.
El maltrato animal comprende comportamientos que causan dolor innecesario
o estrés al animal. Los mismos van desde la negligencia en los cuidados básicos
como no proporcionarles su alimentación adecuada, hasta el asesinato malicioso,
por ejemplo el asesinato de aves para ritos religiosos en algunos campos santos
de Caracas y otros sitios del país.
Existen dos tipos de crueldad animal,
el maltrato directo, que consta de la falta intencional en
proporcionar los cuidados básicos, la tortura, la mutilación o el asesinato de
un animal, y el maltrato indirecto. Este abuso innecesario se ha convertido en
un problema social de gran dimensión, que en el país debe ser atendido
aprovechando la ley que trata el problema mencionada con anterioridad.
Cada vez más se entiende
que los animales domésticos y los silvestres son una responsabilidad, no un
juguete y que por tanto tenemos la obligación de cuidarlos con la debida
diligencia. El abandono, en el caso de los animales domésticos se puede
considerar como un maltrato si consideramos que en la calle, autopistas,
terrenos baldíos y/o encerrados, los animales no pueden proveerse por sí mismos
de comida, agua, abrigo y protección de su salud.
Abandonados, sin asistencia
alguna, los animales están expuestos a toda especie de agresión y violencia,
como envenenamientos, golpes y muerte. Así que es hora de que tomemos
conciencia y entendamos que ellos al igual que los seres humanos merecen
respecto y un trato digno. ¡Vivan esos seres especiales ya sea un perrito, gato,
morrocoy, lorito, etc. que llenan nuestra vida con sus gestos de alegría, cuando
llegamos a nuestros hogares y no sentimos abatidos por el estrés de la rutina
diaria!
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