Hablar de
nuestra ciudad capital en los últimos tiempos resulta poco alentador por los
miles de problemas que la aquejan y que las autoridades suelen pasar por alto
por estar “ocupados en asuntos que no son precisamente resolver las necesidades
de los caraqueños”.
Cuando veo
a Caracas lo hago en tres dimensiones. La primera de ellas es la oeste, zona
extensa y populosa llena de historia que da cuenta de nuestro riquísimo pasado
colonial y republicano. Por otro lado, tengo una segunda visión el tan
ostentoso este de la capital lleno de grandes centros comerciales y complejos
habitacionales de lujo que al mismo tiempo contrastan con algunos sectores
populares, inusual pero que es un paisaje común en muchas urbes
latinoamericanas. Por último, ubico la dimensión de nuestra mágica Montaña, El
Ávila, que nos arropa y nos ayuda a contrarrestar todo el caos, el desorden y
la desidia que reina valle abajo.
Caracas
sin duda es una ciudad hermosa a pesar del maltrato constante al cual se ha
visto sometida durante décadas. En cada fecha aniversario de la ciudad siempre
se nos promete a los caraqueños que se va a mejorar el transporte público, que
se van a construir nuevos parques, que se va a ordenar la viabilidad y se
taparan los huecos, que se va hacer un nuevo estadio de béisbol o que se va a
desplegar un operativo de seguridad personal y un largo etc.…lo triste del
asunto es que años van y vienen y Caracas ve como sus problemas aumentan sin
que ninguna autoridad se tome la tarea de darles solución.
Como
caraqueña quiero para la puerta de entrada a la América del Sur, limpieza,
orden, respeto y mucha voluntad política de parte de las autoridades
municipales (las cuatro alcaldías). Creo que eso no es difícil de cumplir, si
otras urbes latinoamericanas pudieron convertir sus ciudades caóticas en
lugares vivibles de gran auge turístico, Caracas no puede ser la excepción, lo
tenemos todo para hacer una ciudad estéticamente amable para el disfrute de los
venezolanos y los visitantes de otros países.
Siempre se
ha dicho que todos los caminos conducen a Roma, para nosotros los venezolanos
todos los caminos nos conducen a Caracas…
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